A quienes buscan una solución al cambio climático la naturaleza le ofrece una que está inventada y que sale gratis: los árboles. Un estudio publicado en la revista científica 'Nature' prueba que los bosques tropicales son un almacén de CO2 más eficaz de lo que se creía.
Informa el periódico El Mundo, que en las últimas décadas, los gigantes de la selva están creciendo a un ritmo más rápido y también ha aumentado la cantidad de dióxido de carbono que sacan de la atmósfera. Como es sabido, las plantas toman CO2 del aire para crecer, incorporando el carbono (C) a sus tejidos y devolviendo el oxígeno (O). Esto hace que funcionen como lo que se llama un 'sumidero de carbono', pues ese elemento permanece fijado en forma de madera.
Lo que ha sorprendido a los investigadores es constatar que la fijación de carbono también ocurre en los bosques maduros, lo que solemos llamar selvas vírgenes. Durante tiempo se pensó que en los bosques maduros se daba un equilibrio en el intercambio de materiales. Los árboles jóvenes crecen más que los ancianos y en los bosques muy antiguos era tanto el carbono que se fijaba por el crecimiento como el que se liberaba al morir ejemplares.
Pero esta idea provenía de observaciones en áreas templadas. Al parecer, el trópico es distinto. Trabajos en las selvas de América y Asia habían demostrado que allí los bosques viejos capturan carbono con toda rapidez. Ahora, se ha probado que lo mismo ocurre en África.
Para verificarlo, los autores han medido periódicamente el crecimiento de 70.000 árboles situados en 79 áreas vírgenes de 10 países africanos. Las series de datos llegan a 40 años. De este modo, han constatado que los árboles de las selvas maduras atrapan cada año unas 0,6 toneladas de carbono por hectárea.
Simon Lewis, experto en clima de la Universidad de Leeds que ha dirigido el estudio, declaraba al diario The Guardian: «Estamos recibiendo un subsidio gratuito de la naturaleza. Los árboles tropicales están absorbiendo el 18% del CO2 proveniente de la quema de combustibles fósiles que el hombre añade a la atmósfera cada año, y están suavizando el ritmo del cambio climático».
Para Lewis, la cantidad de dióxido de carbono absorbida por las selvas tropicales vírgenes se eleva a 4.800 millones de toneladas anuales, que es la quinta parte de todas las emisiones producidas al quemar combustibles fósiles.
La información, AQUI
Informa el periódico El Mundo, que en las últimas décadas, los gigantes de la selva están creciendo a un ritmo más rápido y también ha aumentado la cantidad de dióxido de carbono que sacan de la atmósfera. Como es sabido, las plantas toman CO2 del aire para crecer, incorporando el carbono (C) a sus tejidos y devolviendo el oxígeno (O). Esto hace que funcionen como lo que se llama un 'sumidero de carbono', pues ese elemento permanece fijado en forma de madera.
Lo que ha sorprendido a los investigadores es constatar que la fijación de carbono también ocurre en los bosques maduros, lo que solemos llamar selvas vírgenes. Durante tiempo se pensó que en los bosques maduros se daba un equilibrio en el intercambio de materiales. Los árboles jóvenes crecen más que los ancianos y en los bosques muy antiguos era tanto el carbono que se fijaba por el crecimiento como el que se liberaba al morir ejemplares.
Pero esta idea provenía de observaciones en áreas templadas. Al parecer, el trópico es distinto. Trabajos en las selvas de América y Asia habían demostrado que allí los bosques viejos capturan carbono con toda rapidez. Ahora, se ha probado que lo mismo ocurre en África.
Para verificarlo, los autores han medido periódicamente el crecimiento de 70.000 árboles situados en 79 áreas vírgenes de 10 países africanos. Las series de datos llegan a 40 años. De este modo, han constatado que los árboles de las selvas maduras atrapan cada año unas 0,6 toneladas de carbono por hectárea.
Simon Lewis, experto en clima de la Universidad de Leeds que ha dirigido el estudio, declaraba al diario The Guardian: «Estamos recibiendo un subsidio gratuito de la naturaleza. Los árboles tropicales están absorbiendo el 18% del CO2 proveniente de la quema de combustibles fósiles que el hombre añade a la atmósfera cada año, y están suavizando el ritmo del cambio climático».
Para Lewis, la cantidad de dióxido de carbono absorbida por las selvas tropicales vírgenes se eleva a 4.800 millones de toneladas anuales, que es la quinta parte de todas las emisiones producidas al quemar combustibles fósiles.
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