Lo reporta El Mundo:
Muchos perros son sacrificados o abandonados por su actitud violenta, pero contrariamente a lo que se piensa, en la conducta agresiva del perro la raza tiene menor peso que otros factores externos, modificables y que dependen del dueño. Así lo demuestra un nuevo estudio de la Universidad de Córdoba (UCO) que incluye razas consideradas agresivas por naturaleza como el Rottweiler o el Pitbull. Las conclusiones sorprenden: son los dueños los principales responsables de los ataques por dominancia o competencia de sus mascotas.
Según Joaquín Pérez-Guisado, autor principal del estudio, algunos factores que provocan agresividad en los perros son: el hecho de que los dueños no hayan tenido un perro antes, no someterlo a un entrenamiento básico de obediencia, consentir o mimar al perro en exceso, no emplear el castigo de tipo físico cuando éste es necesario, adquirir el perro con los propósitos de simple regalo, mascota para defensa o capricho, castrar a las hembras, dejarle la comida de forma indefinida, o dedicarle poco tiempo en general y en sus paseos.
"El desconocimiento de todos estos factores modificables potenciaría este tipo de agresividad y conformaría lo que coloquialmente podríamos llamar como darle una mala educación a nuestro perro", explica a SINC Pérez-Guisado.
Muchos perros son sacrificados o abandonados por su actitud violenta, pero contrariamente a lo que se piensa, en la conducta agresiva del perro la raza tiene menor peso que otros factores externos, modificables y que dependen del dueño. Así lo demuestra un nuevo estudio de la Universidad de Córdoba (UCO) que incluye razas consideradas agresivas por naturaleza como el Rottweiler o el Pitbull. Las conclusiones sorprenden: son los dueños los principales responsables de los ataques por dominancia o competencia de sus mascotas.
Según Joaquín Pérez-Guisado, autor principal del estudio, algunos factores que provocan agresividad en los perros son: el hecho de que los dueños no hayan tenido un perro antes, no someterlo a un entrenamiento básico de obediencia, consentir o mimar al perro en exceso, no emplear el castigo de tipo físico cuando éste es necesario, adquirir el perro con los propósitos de simple regalo, mascota para defensa o capricho, castrar a las hembras, dejarle la comida de forma indefinida, o dedicarle poco tiempo en general y en sus paseos.
"El desconocimiento de todos estos factores modificables potenciaría este tipo de agresividad y conformaría lo que coloquialmente podríamos llamar como darle una mala educación a nuestro perro", explica a SINC Pérez-Guisado.
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