Recopilado de El Mundo:
No es ninguna sorpresa para la comunidad científica que los animales polares que dependen del hielo marino se vean amenazados por el calentamiento global. Se trata de uno de los impactos del cambio climático más previsibles en los ecosistemas polares y de hecho es una de las consecuencias contempladas por el último informe del Panel Intergubernamental para el Cambio Climático (IPCC), la guía 'oficial' sobre este fenómeno.
Como muchas otras especies polares, el pingüino emperador ('Aptenodytes forsteri') hace su vida en el hielo marino: cría y busca alimento en él. Sin embargo, está previsto que el aumento global de las temperaturas reduzca la extensión de hielo marino -como está ocurriendo ya de forma llamativa en el Ártico-. La amenaza es clara, ¿pero cómo afectará exactamente a esta especie?
Los pingüinos emperador se reproducen durante el invierno antártico. El hielo marino les sirve para formar colonias a grandes distancias del mar abierto, lo que hace que las incursiones al agua en busca de alimento requieran larguísimos viajes.
Cuando el hielo es demasiado abundante, estos viajes se vuelven aún más largos, con su consiguiente gasto energético para los adultos que van a buscar alimento y menos aprovisionamiento para las crías. Pero, de la misma forma, si el hielo es escaso, los índices de supervivencia son más bajos.
Esta especie se alimenta de peces que a su vez ingieren krill, unos crustáceos minúsculos que forman parte del plancton marino. La abundancia de hielo marino fomenta la producción planctónica, por lo que la relación entre la cantidad de hielo y la disponibilidad de alimento es directa.
Entre 1972 y 1981, un descenso brusco de la extensión de hielo marino en Terre Adélie (Antártida) durante varios años consecutivos tuvo consecuencias dramáticas sobre la población de pingüinos emperador.
La reducción de un 11% en el hielo marino coincidió con una reducción del... ¡50% en la población de esta especie!
las posibilidades de llegar a una situación de casi-extinción es del 36%, según los modelos.
Como muchas otras especies polares, el pingüino emperador ('Aptenodytes forsteri') hace su vida en el hielo marino: cría y busca alimento en él. Sin embargo, está previsto que el aumento global de las temperaturas reduzca la extensión de hielo marino -como está ocurriendo ya de forma llamativa en el Ártico-. La amenaza es clara, ¿pero cómo afectará exactamente a esta especie?
Los pingüinos emperador se reproducen durante el invierno antártico. El hielo marino les sirve para formar colonias a grandes distancias del mar abierto, lo que hace que las incursiones al agua en busca de alimento requieran larguísimos viajes.
Cuando el hielo es demasiado abundante, estos viajes se vuelven aún más largos, con su consiguiente gasto energético para los adultos que van a buscar alimento y menos aprovisionamiento para las crías. Pero, de la misma forma, si el hielo es escaso, los índices de supervivencia son más bajos.
Esta especie se alimenta de peces que a su vez ingieren krill, unos crustáceos minúsculos que forman parte del plancton marino. La abundancia de hielo marino fomenta la producción planctónica, por lo que la relación entre la cantidad de hielo y la disponibilidad de alimento es directa.
Entre 1972 y 1981, un descenso brusco de la extensión de hielo marino en Terre Adélie (Antártida) durante varios años consecutivos tuvo consecuencias dramáticas sobre la población de pingüinos emperador.
La reducción de un 11% en el hielo marino coincidió con una reducción del... ¡50% en la población de esta especie!
las posibilidades de llegar a una situación de casi-extinción es del 36%, según los modelos.
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