Reporta Rubén Amón, desde París, para El Mundo que la feria aeronáutica de Le Bourget, clausurada ayer con exhibiciones acrobáticas, ha sugerido el ocaso, la extinción de los cazas. Tienen delante un horizonte despejado a medio plazo, pero la pujanza de los aviones sin piloto presupone que ha empezado a gestarse su desaparición.
La prueba está en el espacio y el interés que suscitan las nuevas generaciones. Antes eran la extravagancia, la anécdota de Le Bourget.
Ahora se han convertido en la referencia del porvenir. Tanto para las misiones militares como para operaciones sanitarias o de salvamento.
La sensibilidad a los aviones sin piloto -sin piloto a bordo- está relacionada con el ahorro de las vidas humanas, aunque buena parte de su reputación proviene de su desarrollo tecnológico y de sus superdotadas facultades.
Los hay que miden 35 metros, que vuelan a 20.000 metros, que transitan con una autonomía de hasta 36 horas. También comienzan a proliferar las 'criaturas' cuya capacidad de carga, en términos de bombas, de misiles y de munición convencional, duplica a la de los cazas habituales.
La prueba está en el espacio y el interés que suscitan las nuevas generaciones. Antes eran la extravagancia, la anécdota de Le Bourget.
Ahora se han convertido en la referencia del porvenir. Tanto para las misiones militares como para operaciones sanitarias o de salvamento.
La sensibilidad a los aviones sin piloto -sin piloto a bordo- está relacionada con el ahorro de las vidas humanas, aunque buena parte de su reputación proviene de su desarrollo tecnológico y de sus superdotadas facultades.
Los hay que miden 35 metros, que vuelan a 20.000 metros, que transitan con una autonomía de hasta 36 horas. También comienzan a proliferar las 'criaturas' cuya capacidad de carga, en términos de bombas, de misiles y de munición convencional, duplica a la de los cazas habituales.
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